miércoles, 10 de septiembre de 2008

Un instante. Una pausa. Que las lágrimas se me salten de los ojos al notarte tan cerca. Mi boca en tu cuello, tus dientes en mis labios. Tan fuego, tan difícil. Tan prohibido. Provoca en mí una amnesia letal de palabras. Haz que olvide mi idioma, mi nombre, el misterio que me engancha y la razón que me aleja. Vamos, inmenso, bello, grítame al oído. Párteme las vocales en la garganta. Ahógame de suspiros, de faltas de oxígeno. Mátame de temblores. Sujétame. Arráncame las entrañas. Ríndeme a tus movimientos. Hazme salir de mí. No me digas nada. Mírame a los ojos. Olvídame si quieres.